sábado, 8 de abril de 2017

La deficiencia mental



La deficiencia mental

A continuación se ofrece un resumen,   con las ideas más relevantes, del capítulo IX, titulado La Deficiencia Mental, escrito por Domingo Bautista Pacheco y Rosario Paradas Valencia.

Para hablar de deficiencia mental, en conveniente hablar del concepto de inteligencia.  Dicho concepto se puede definir bajo tres teorías:  monárquica, oligárquica o bifactorial y multifactorial.  La primera de ellas establece que la inteligencia es una facultad única o unitaria no compuesta por otras facultades inferiores.  La bifactorial propone la existencia de un Factor G, denominado Inteligencia General y un segundo factor constituido por la capacidad concreta para cada actividad (Factores S).  La multifactorial defiende la idea de que la inteligencia es un conjunto de factores, entre ellos: Comprensión Verbal, Fluidez Verbal, Factor Espacial, Factor Numérico, Factor, Memoria y Factor Razonamiento o Inducción.  Estas tres teorías permiten construir un concepto de inteligencia estático y reduciéndolo a una cifra (C.I).  Dos personas con el mismo coeficiente intelectual, reacciona diferente a diversos estímulos y se adaptan al medio de manera distinta. En este sentido, dos definiciones más acertadas de inteligencia son las siguientes (Sainz y Mayor, 1989)
“Habilidad para aprender, capacidad para pensar abstractamente, habilidad para adaptarse a situaciones nuevas”
“Conjunto de procesos cognitivos como memoria, categorización, aprendizaje y solución de problemas, capacidad lingüística o de comunicación, conocimiento social”

1.       La Deficiencia Mental

1.1   La deficiencia mental.  Criterios para su definición.

Existen tres criterios para definir la deficiencia mental:

Criterio Psicológico o Psicométrico: Persona que tiene un déficit en sus capacidades mentales (medidas a través de test y expresado en términos de C.I)

Criterio Sociológico o Social: Persona que tienen una dificultad para adaptarse al medio social en que vive y para llevar a cabo una vida con autonomía personal.

Criterio Médico o Biológico: La deficiencia mental tienen origen biológico, anatómico o fisiológico y se manifestará durante la edad del desarrollo (hasta los 18 años).

La Asociación Americana para la Deficiencia Mental (A.A.D.M) define la deficiencia mental como: “La deficiencia mental se refiere a un funcionamiento intelectual general significativamente inferior a la media o promedio, originado durante el período de desarrollo y asociado a un déficit en la conducta adaptativa.” (1983)

La Organización Mundial de la Salud (O.M.S) define la deficiencia mental como: “individuos con una capacidad intelectual sensiblemente inferior a la media que se manifiesta en el curso del desarrollo y se asocia a una clara alteración en los comportamientos adaptativos” (1968).

A las definiciones anteriores se le suman dos criterios más:  Criterio Conductista y Criterio pedagógico.  El primero establece que el déficit mental es un déficit de conducta que ha de interpretarse como producto de la interacción de cuatro factores determinantes: factores biológicos del pasado (genéticos, prenatales, perinatales, postnatales), factores biológicos actuales (drogas o fármacos, cansancio o stress), historia previa de interacción con el medio y condiciones ambientales momentáneas o acontecimientos actuales.  El segundo criterio establece que un sujeto con deficiencia mental sería aquel que tiene una mayor o menor dificultad en seguir el proceso de aprendizaje ordinario y que por tanto tiene unas necesidades educativas especiales.  

1.2   Grados de afectación de la Deficiencia Mental y características de cada grupo.

El criterio psicométrico es el que se impone a la hora de establecer el Coeficiente Intelectual (C.I), este se define como


CI = (EM / EC) x 100,  donde E.M es la edad mental y E.C la edad cronológica.
En relación con el coeficiente intelectual, existen cinco grados de deficiencia mental:

Deficiencia Mental
C.I
1.
Límite o bordeline
68-85
2.
Ligera
52-68
3.
Media
36-51
4.
Severa
20-35
5.
Profunda
Inferior a 20

·        La límite o bordeline no se puede decir que poseen una deficiencia mental como tal, son niños que tan solo manifiestan un retraso en el aprendizaje o alguna dificultad concreta de aprendizaje.
·       En la deficiencia ligera se presentan dificultades para desarrollar habilidades sociales y de comunicación; tienen capacidad para integrarse en el mundo laboral.  Presentan un retraso mínimo en las áreas perceptivas y motoras. En la deficiencia mental media, los individuos pueden adquirir hábitos de autonomía personales o sociales (estos últimos se dificultan más). Presentan problemas en la expresión oral y en la comprensión de convencionalismos.  Difícilmente llegan a dominar las técnicas instrumentales (lectura, escritura y cálculo).   En la deficiencia severa las personas necesitan ayuda en su nivel de autonomía tanto social como personal.  Suelen presentar un importante deterioro psicomotor.
·         En la profunda se manifiesta un deterioro grave en los aspectos sensoriomotrices y de comunicación con el medio.  Son personas dependientes en casi todas sus funciones y actividades.

1.3   Causas de la deficiencia mental
Las causas son muy diversas, se mencionan los factores genéticos y factores extrínsecos.  Dentro de los primeros destacan las genopatías y cromosopatías; mientras que dentro de los segundos se mencionan los factores prenatales, factores perinatales o neonatales y factores postnatales.
2.       Características evolutivas de la deficiencia mental e implicaciones educativas

Al igual que las personas que no poseen una deficiencia mental, la conducta personal y social es muy variable y no se puede hablar de unas características que sean semejantes en todo el grupo.  Sin embargo, existen algunas características que diferencias a los individuos que poseen una deficiencia mental y a los que no, entre ellas: físicas, personales, sociales.  Dentro de las físicas se puede destacar el equilibrio escaso, locomoción deficitaria, dificultades en coordinaciones complejas y dificultades en destrezas manipulativas; dentro de las personales destacan ansiedad, bajo autocontrol, tendencia a evitar el fracaso más que a buscar el éxito, posibilidad de existencia de trastornos en la personalidad y menor control interno; dentro de las sociales se menciona el retraso evolutivo en el juego, ocio y rol sexual

Existen otro tipo de características de carácter cognitivo: déficit de memoria, déficit en la categorización, déficit en la solución de problemas, déficit lingüístico y déficit en el conocimiento social.  Además, las principales dificultades que se pueden encontrar en el desarrollo de un deficiente mental son: 
·         Dificultades psicomotoras.
·         Dificultades sensoriales.
·         Dificultades en habilidades sociales.
·         Dificultades de autocuidado.
·         Dificultades de lenguaje.
Estas características y dificultades se deben de tener presentes a la hora de plantear procesos educativos, con el fin de que vallan acordes a las posibilidades y limitaciones de cada individuo.
2.1   Desarrollo de la personalidad en el deficiente mental
El niño deficiente tiene problemas para estructurar su experiencia. Las relaciones con el medio que lo rodea, para un niño sin deficiencia mental, le permiten generar una serie de relaciones perceptivo-motrices, que luego estructura.  El niño con deficiencia mental tiene la misma capacidad para percibir información, en donde tiene problemas es en la estructuración de la misma, pues los objetos no adquieren la misma significación que para la mayoría de individuos.  Otro problema es la dificultad que encontramos para su educación.  Lo primero que se debe hacer es establecer comunicación con los niños, cuando esto se ha logrado, es importante utilizar estrategias para educar la percepción, motricidad y lenguaje con el fin de adiestrarle para que los aprendizajes adquieran significación. La última gran dificultad es la derivada de su reconocimiento como persona, en ocasiones los mismos padres no les permiten crecer pues no los dejan hacer ni aquello de lo que son capaces.     

2.2   Etapas educativas

Son tres etapas a saber: la educación en el hogar, la educación en la etapa Infantil y la educación primaria.

La primera educación que recibe un niño es en el hogar, por lo tanto es importante asesorarse para poder brindar todos los apoyos necesarios en áreas como motricidad, percepción, lenguaje, sociabilidad y afectividad.

A nivel de la educación preescolar se debe abarcar la estimulación y fomento de la motivación al aprendizaje  y a las actividades con base afectiva, educación de la sensomotricidad y de la psicomotricidad, ejercitación del cuidado de sí mismo y de hábitos de higiene, educación rítmica, inicio de la comunicación social y educación verbal elemental.

En el período escolar se deben de desarrollar aquellas habilidades que le permitan el individuo desenvolverse en el medio que lo rodeo y que le permitan desarrollarse como ser humano.  Específicamente, Speck (1978) indica que las áreas que deben ser atendidas en el período escolar son: educación de la sociabilidad, educación de la independencia, educación de la habilidad, educación del dominio del cuerpo, educación de la capacidad perceptiva, educación de la capacidad de representación mental, educación del lenguaje y orientación del componente afectivo.  Se hace necesario un análisis por parte del educador para hacer una selección de los objetivos que vallan acorde a las necesidades y capacidades de cada individuo. El mismo autor cita a Piaget para indicar que en la educación de los deficientes mentales se debe tener en cuenta:
·        Principio de activación: El niño debe ser puesto en relación activa con los objetos para que se produzca el aprendizaje.
·         Principio de estructuración: La enseñanza debe fraccionarse en pequeñas partes.
·     Principio de transferencia: Implica usar lo aprendido en una situación análoga, para lograr esto el aprendizaje debe ser realizado muchas veces combinando los objetos y las situaciones.
·         Lenguaje asociado a la acción: Los actos deben de estar asociados a las palabras correspondientes para que se produzca la unión entre el sistema de signos verbales y la experiencia.
·      Motivación al aprendizaje social: Se hace necesario crear una serie de condiciones de aprendizaje positivas en los aspectos sociales y afectivos, en caso contrario, se puede ver afectada la disposición del alumno ante el aprendizaje.

3 comentarios:

  1. Este tema me parece apasionante...Primero por conocer que existan tantos tipos de deficiencia mental, que según las definiciones, puede abarcar diferentes áreas, sin embargo la que más me llama la atención, es la tercera referida al Criterio Médico o Biológico pues me hace pensar como, desde ese punto de vista, somos seres que se determinan por una simple cifra: la edad. También considero que, aunque se evidencian diferencias sustanciales en como se presenta la deficiencia mental,todos tenemos algunas similitudes con algunas de ellas, las personas poseen sus puntos fuertes los cuales desarrollan sin embargo, aquellos que no lo son tanto los relegan y dejan relegados y tal vez sea que en el ámbito educativo es cuando más evidenciamos este tipo de deficiencia. Debemos encargarnos, como educadores, de crear estímulos positivos en nuestros estudiantes aunque posean, según el criterio psicométrico, un CI normal, porque creo que, todos necesitamos estimulación para desarrollarnos y sobretodo, cuando trabajamos nuestros puntos débiles.

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  2. Vuelvo a insistir en la importancia de la familia para el desarrollo mental del niño y el adolescente y el apoyo que debe dar en el ambiente escolar es fundamental.
    Así lo menciona Soledad Feliú, Consultora Programa Aprender en Familia de Fundación CAP, cuando describe que "Históricamente, la formación académica ha sido asignada a la escuela, y la formación valórica y afectiva a la familia, quedando como dos responsabilidades paralelas. Sin embargo, debido a la complejidad del mundo contemporáneo, por un lado, los adelantos de la ciencia y la tecnología, la inmediatez que proporcionan los medios de comunicación y por otro, los modernos desarrollos de las ciencias psicológicas y sociales, se ha hecho evidente que una única institución no debe, ni puede, estar a cargo del proceso de socialización y educación. Como plantea Brofenbrener (1986) el niño forma parte de un sistema amplio e interdependiente: familia, escuela y comunidad.

    El sentido de la generación de nuevas estrategias y políticas públicas que fomentan la participación de los padres y apoderados, obedece a que la educación moderna considera necesario “hacer de la escuela una verdadera comunidad educativa, que sea una organización de aprendizaje, con una nueva modalidad de gestión que sitúe a directivos, docentes, alumnos y alumnas, padres, madres y apoderados como protagonistas del quehacer institucional” (MINEDUC, 2002). Hay una serie de líneas de investigación que han puesto en relieve que el efecto de las familias en la educación es determinante, siendo igual o más influyente, que el efecto de las escuelas al explicar los logros académicos. Entre otras, la teoría de “las esferas de influencia superpuestas” (Epstein,2006), plantea que cuando los padres, los profesores y otras personas de la comunidad trabajan en conjunto, los niños aumentan sus aprendizajes y tienen una actitud más positiva hacia la escuela. La familia y la conjunción de los distintos componentes asociados a ésta, tendría una influencia de entre un 40% a un 60% sobre los logros escolares” (Brunner y Elacqua, 2003).
    Generalmente los padres y apoderados tienen una participación informativa y consultiva, sin avanzar a niveles de mayor involucramiento. Estudios recientes (INCLUD – ED, 2006 – 2011) demuestran que cuando la forma de participación es decisiva, evaluativa e incluso educativa, hay mayor probabilidad de conseguir éxito escolar y participación de las familias. "

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  3. ¡Buenas noches!
    Ciertamente todos tenemos diferentes niveles de “inteligencia” si la entendemos como la “Habilidad para aprender, capacidad para pensar abstractamente, habilidad para adaptarse a situaciones nuevas” (Sainz y Mayor, 1989). Sin embargo, el hecho de que esto sea considerado existe la teoría de las inteligencias múltiples propuesta por H. Gardner que, en este caso, parece tener una relevancia todavía mayor. Si una persona padece de una deficiencia mental es claro que sus capacidades serán un poco inferiores a los demás, pero esto no provoca directamente que no sea capaz de aprender o adquirir habilidades. Los cambios a los que estas personas deben enfrentarse respecto a su educación no tienen que ser de una naturaleza que se encuentre desligada de la educación formal. En un ambiente que se considera propicio estas personas pueden desarrollar habilidades que les permitan desenvolverse plenamente en la sociedad.

    El reto para el sistema educativo formal es el de lograr incorporan a estas personas, de una manera efectiva, en los procesos educativos y asegurarles la obtención de una formación de calidad, según lo estipula la ley. Esto supone un esfuerzo compartido entre los padres de familia, los docentes y las autoridades administrativas de los centros educativos y las diferentes dependencias del Ministerio de Educación Pública. Cada uno de ellos tiene un papel determinante en el alcance de una formación de calidad para todos los estudiantes y, particularmente, de aquellos que por alguna razón presenten dificultades para lograr los objetivos propuestos o desarrollar las destrezas requeridas para su vida en sociedad.

    Pese a las regulaciones establecidas por la Ley 7600, ha resultado bastante difícil para los docentes y los centros educativos cumplir a cabalidad con ella. Los padres de familia, en muchos casos, exigen obtener calidad, pero aportan pocos insumos para colaborar con la obtención de la misma. La falta de capacitación docente es otro de los factores fundamentales, pues son los profesores los que día a día se enfrentan a las deficiencias que los estudiantes pueden presentar, y lo hacen en grupos grandes y diversos. No existen programas de capacitación debidamente estructurados y los que se realizan aportan poco a las dudas operativas que los docentes diariamente se plantean. Un cambio tan grande de visión debe, necesariamente, de contar con una estrategia de implementación paulatina y apoyada desde todos los puntos de vista por las partes involucradas.

    Es claro que la presencia de estudiantes con deficiencias mentales en la clase formal plantea una serie de situaciones inéditas, y que estas situaciones deben ser abordadas por los docentes de tal manera que no exista una discriminación contra estos estudiantes. Sin embargo, considero como un pilar fundamental la colaboración de los padres de familia y la aportación de información de apoyo que permita llevar a cabo un trabajo efectivo y principalmente el aprendizaje de habilidades y desarrollo de destrezas necesarias para la vida.

    ¡Saludos!

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